UNA MANO TENDIDA
Y las dos líneas se cruzan,
se encuentran,
se funden.
Ya no hay arriba y abajo.
Ya no hay exterior ni interior.
No estás ni cerca ni lejos.
Ya no vivo separado de nada, ni de nadie.
Mas siento que aún hay corazones que sangran,
ojos que derraman lágrimas,
mentes atormentadas.
Dolor que no cesa en una rueda sin fin.
Sólo con una mano tendida,
la de quien se levanta de un profundo sueño,
es capaz de alcanzar la sima de un alma desgarrada
y elevarla a la más alta cumbre.
Sólo son necesarias dos manos,
la tuya y la mía.
Ángel Hache