Una luz alumbra mis noches,
a veces sombra en el día,
siempre en silencio me acompaña.
Su lenguaje espontáneo,
profundo,
directo,
inmediato…,
nunca con palabras.
Es la voz que susurra a mi alma.
La voz callada que sabe,
aguarda y calma.
Aquieta el viento,
sosiega las aguas.
Me descubre el firmamento.
Señala una estrella.
Sin palabras me habla:
“Esa es tu casa”.
Ángel Hache