Y el Maestro nos habló así:
“Nada temáis cuando caminéis entre sombras, pues las iluminaréis.
Nada temáis cuando os miren con desprecio, pues con vuestra sonrisa apagaréis toda humillación.
Nada temáis cuando os sintáis abatidos y tristes, Yo os consuelo.
Nada temáis si no llegáis a vuestro destino, pues sólo existe el camino.
Nada temáis cuando palpéis la soledad, Yo os hago compañía.
El temor no es más que el dolor latente de vuestro pasado que con amor se borra ante vosotros.
El temor es la incertidumbre de vuestro futuro que desaparece ante la luz de la confianza en el presente.
Al temor envolvedle siempre con vuestro amor.
Yo estoy en vosotros y vosotros en mí, antes, ahora y siempre.”
Ángel Hache