Cuando hablamos de la voluntad Divina, Dios, El Eterno...
¿A qué nos referimos?,
¿A que hagamos la voluntad de otro, sea quien sea él?.
Se llame maestro, sacerdote, lama, chaman... o...
Él, si de verdad lo es,
te ayuda a que descubras la fuerza que hay en ti.
No a que vayas tras la suya.
Él te ama,
y te suelta y deja
que te fortalezcas en cada acto cotidiano.
Nunca te humilla,
al contrario,
es bondadoso y comprensivo
con tus errores.
Tus defectos sabe que no lo son,
son sólo huellas en el camino,
por lo tanto nunca los utilizaría contra ti.
Ama a los demás y te enseña
que ellas y ellos son tu familia.
Nunca utiliza el conocimiento que de los demás tiene
para su propio bien,
al contrario,
lo transforma en sabiduría
para ayudarl@s a salir de la oscuridad.
Nunca de su boca sale una palabra de rechazo,
rencor, odio
hacia nadie ni nada que habite este mundo.
Está lleno de amor hacia todos los seres.
Ve mucho más allá de las apariencias.
Entra en los rincones más profundos de tu alma
y SABE
lo difícil que es para ti superar este reto;
de tu confusión;
debilidad.
Mas también
CONOCE
la VOLUNTAD
que crece en TI,
como el tallo de una rosa.
Sus espinas
no son para que tú te hagas daño,
sino para que no te lo hagan los demás.
Él vela cada instante de tu vida.
¿No ves que tras cada aparente derrota
te ayuda a que veas la salida,
te levantes y con todas tus fuerzas,
las tuyas no las de ningún otro,
camines con la mirada al frente,
alegre,
sabiendo que tú y sólo tú lo has conseguido?.
No eres débil, eres fuerte.
No te infravalores, te amas.
Y estás en el sendero,
no lo dudes.
Eres una hermosa flor,
éste es tu destino inmediato.
HOY.
AHORA.
Expande tu perfume
como lo hace el verdadero maestro...
que tú eres.
Su voluntad y la tuya son una sola.
Ángel Hache