A Khai le encuentras no sólo en el silencio interior,
alejándote del mundanal ruido.
Va contigo donde tú vas,
en el autobús,
paseando por la calle,
en las prisas por llegar a tiempo a tu cita con la cotidianeidad.
Le puedes apreciar ahí,
pues Khai está tras el pensamiento y el sentimiento que te acompaña
siempre.
En tus actos:
Si estás con estrés,
te muestra cómo dominarlo.
Si la confusión te agobia,
te despeja y percibes con claridad.
Solamente has de parar el tiempo un instante en medio del
tumulto y
dejar que Khai tome el control
y recuerda,
que Khai eres tú.
Respiras, pero ¿cuántas veces eres consciente de ello?
Para un instante, escucha y
siente tu cuerpo,
puedes hacerlo siempre que lo necesites y Khai entonces aparece.
Toma el control en todo acto del día,
sólo has de parar el tiempo.
No lo olvidarás,
pues Khai constantemente te está recordando que todo es ahora.
Ángel Hache