Quizás no sepamos de dónde venimos ni a dónde vamos,
ya parece un largo camino recorrido y aún más el que nos queda por recorrer.
Construirse a sí mismo no es nada fácil.
Unas veces la senda parece un paseo por un vergel
y otras sólo conseguimos dar un paso tras un esfuerzo titánico
y sin saber si ha merecido la pena tal sacrificio.
Mas cuando damos el paso,
éste nos abre las puertas en que vemos el siguiente a dar,
entonces la esperanza se convierte en algo real y tangible
y podemos decir que sí,
todo esfuerzo no ha sido en vano.
La vida es un regalo, más un regalo que se gana a pulso.
Cuando nos resistimos a crecer,
queremos permanecer reteniendo aquello que nos da un sentido a la vida
y todo lo que nos va bien.
Y deseamos dar un gran salto hacia adelante,
o peor,
hacia atrás
cuando el viento no va a nuestro favor,
pero el pasado… ya no vuelve.
Sólo nos queda un camino: crecer.
Nos sentimos empujados por los acontecimientos,
o eso es lo que creemos,
cuando en realidad somos nosotros quienes los creamos,
unas veces por nuestra dejadez y otras por nuestro ímpetu.
Siempre ante nosotros se abren diferentes posibilidades
y la última palabra es la nuestra,
también nuestra responsabilidad.
Nadie decide por ti si no quieres.
Ángel Hache