Hace unos años tuve un encuentro
casual con un sirio, no era de nacimiento, sí de adopción, pero, según me dijo,
Siria es un país donde no te preguntan cuál es la tierra que te vio nacer, ni
por qué se decidió migrar; están acostumbrados desde cientos de años a acoger
con los brazos abiertos a quienes han decidido instalarse allí, sin más.
Las palabras se las lleva el viento, su esencia permanece hasta que te liberas y ya nada te ata
DONDE ME PERDÍ
El cuerpo desangelado.
El alma con la mirada perdida en el horizonte.
Recordando, olvidando.
Nubes vienen y van…
De paso, siempre de paso.
¿Qué hay más allá?
Quizás nada,
puede que todo.
¿Quién sabe?
¿Tú lo sabes?
¿Lo sé yo?
No basta creer…,
llegar hasta la línea y cruzarla.
Un paso más y seguir,
hasta llegar donde me perdí,
donde tú estás
y yo no comprendí.
Ángel Hache
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