Las palabras se las lleva el viento, su esencia permanece hasta que te liberas y ya nada te ata

EL PRISMA


Venerable anciano, he oído hablar de un maestro llamado Jesús de Nazaret y dicen que es un enviado de Dios, un hombre santo y que ha resucitado de entre los muertos, ¿es cierto?
–Joven discípulo, es cierto lo que has oído sobre él.
–Entonces, ¿es más importante que Buda?, ¿debo seguir sus enseñanzas?
–Cuando ves la luz blanca pasar por un prisma, ¿qué sucede?
–Que se descompone y se ven los siete colores del arcoíris.


–Del mismo modo, tanto Jesús de Nazaret como Siddharta Gautama, trasmiten cualidades de algún color de la luz blanca atravesando el prisma, expresadas de una manera que podamos comprender según nuestro estado de despertar. Antes que ellos, vinieron otros mensajeros de la Luz y, después de ellos también vendrán otros y señalarán nuevas cualidades de nuevos colores que hoy son invisibles a nuestro ojo. No olvides que aunque “sean” un color, una tonalidad de éste, o una combinación, la que percibas de ellos, ellos son y manifiestan la Luz Única que todo lo abarca. Y tú, yo… todos, somos partículas de Ella que aún no sabemos que lo son. Descubre el arcoíris que hay en ti y serás uno con ellos, con el universo.
El joven discípulo permaneció callado bastante tiempo absorto en sus pensamientos hasta que quedó profundamente dormido. Al despertar, vio que el venerable anciano permanecía a su lado. Seguidamente éste se levantó, alejándose de él y convirtiéndose en un pequeño punto de luz en el horizonte nocturno…
El joven, entonces, escuchó en su interior la voz del anciano: “Ve al poblado e irradia tu propia luz”.

Ángel Hache

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