Es bastante conocido que, para los pitagóricos griegos, el número ocho simbolizaba la perfección, mientras que, para los primeros cristianos, representaba la regeneración de las almas.
El simbolismo de esta estrella tiene gran relación con el número 8 en sí, cuya forma simboliza el nudo sin fin, el Infinito.
La estrella de 8 puntas engloba, de una forma matemática y simbólica, la concreción del alma como espíritu que, habiendo autoreconocido su inmortalidad, habiendo regresado y vencido a la muerte, y habiendo transmutado sus errores y sus faltas , regresa al mundo con el fin de ayudar y enseñar a sus semejantes.
El espíritu, el alma, una vez adquirida la "confirmación" de su maestría, puede llevar su visión del mundo espiritual hacia abajo, sin ser puesta en peligro. En este estado, el alma es de nuevo centrada en la materia, pero esta vez en completo equilibrio (representado por la estrella de ocho puntas), y que nada ni nadie nos aparte de este compromiso y nos induzca a desligarnos
de nuestra materia, puesto que éste es nuestro mundo aquí y ahora, y es aquí y ahora donde tenemos que llevar a cabo nuestra experiencia de Cristo y a manifestarlo.
Esta estrella, que contiene la fuerza primordial y precisa de la Voluntad sin límites, nos invita a descubrir nuestra verdadera Voluntad y llevarla a cabo pase lo que pase.
Es un entrelazado sin fin, un símbolo de la Vida sin límite, aquí y ahora.
Por tanto, la estrella de 8 puntas es uno de los distintivos más absolutos de realización espiritual.
Contemplaros a vosotros mismos…esa estrella está en vuestra mente, cuerpo, alma y Espíritu. Sois la manifestación del Infinito, de la Vida, en este planeta, en esta dimensión.
Sois Estrellas de Luz, y este mundo os necesita. Retomar vuestro Compromiso con el Amor.
Fijad vuestra mirada en la estrella de 8 puntas que brilla en lo alto, y proseguid vuestro camino.
Anónimo
