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DOS HOMBRES, UN MISMO CAMINO: P. SERGIO GODOY Y DR. CARLOS ARRIOLA

Guatemala: el trabajo del sacerdote Sergio Godoy y del doctor Carlos Arriola. El padre Sergio Godoy ha creado la "Ciudad de La Esperanza", junto al basurero de la ciudad de Cobán. Colegio, centro de educación infantil y casa hogar forman este proyecto para los hijos de los trabajadores de la basura. Por su parte, el doctor Arriola lleva 16 años dirigiendo el dispensario "Bethania", en Jocotán, especializado en atender la desnutrición infantil que hace estragos entre los niños guatemaltecos.

P. SERGIO GODOY


Comunidad Esperanza ha cambiado la vida de cientos de menores que hoy pueden soñar con un futuro mejor. El proyecto comenzó en el 2003, como un sueño del sacerdote Sergio Godoy Peláez, quien fue enviado a la Parroquia Cristo de Esquipulas, en Cobán, y en las visitas a las comunidades pudo conocer la realidad que viven más de 85 familias que a diario trabajan en la clasificación de desechos en el basurero, y que también se ha extendido a comunidades marginales como El Esfuerzo I y II, y Nueva Esperanza.

“Nací en Cobán, pero
vine a esta parroquia en el 2003. Los primeros meses me sirvieron para conocer el medio, y fue un momento extraordinario cuando alguien me llevó al basurero y entré de lleno en esa realidad. Allí empezaron a cambiar muchos de mis conceptos, y fue tomando forma la idea de lo que ahora es Comunidad Esperanza”, recuerda el padre Sergio.



El sacerdote asegura que al ver la realidad de estos niños entendió que su vida no iba a ser la misma a partir de ese día. “Uno se queja de muchas cosas, pero la realidad es que hemos hecho muy poco por los demás. Me dolió ver a un niño corriendo con un barrilete hecho de un pedazo de plástico y una pita, a una niña que jugaba con una muñeca desbaratada, y ambos tenían una risa auténtica”, expresa Godoy. “Lo único que se me ocurrió era que tenía que buscar la manera de encontrar una opción distinta para esos niños, y estaba seguro de que lo podía hacer permitiéndoles tener acceso a educación, salud física y mental”, asegura.

          

Una olla y una pelota



Según el padre Sergio, fue difícil ganarse la confianza de los habitantes del basurero de Sachamach. Las personas tenían experiencias negativas con organizaciones que solo los utilizaban para agenciarse de fondos, y la ayuda nunca llegaba. Incluso, pensaban que su presencia se debía a que tenía interés en llevarse a los niños. Los padres de familia no valoraban el estudio, pues sus hijos representan mano de obra necesaria para la subsistencia familiar.



Las mejores armas que encontró para acercarse a las personas fue una olla para cocinar atol y una pelota de futbol.



Todos los jueves, hasta la fecha, visita el basurero y lleva a cada trabajador un vaso de atol y lo acompaña de un pan. Después juega futbol con los niños, en un campo de tierra. Al conocer el proyecto, los padres no dudaron, y de esa cuenta es que cada vez más niños pueden aprovechar lo que les ofrece Comunidad Esperanza.

Además, brindar alimentación a los niños ha sido un incentivo para que acudan a estudiar y los padres se liberen de esa responsabilidad.



Ciudad Esperanza



Los sueños del padre Sergio comienzan a hacerse realidad. Este año (2008) se gradúa la primera promoción de bachilleres en turismo y administración hotelera del colegio Nuestra Señora de la Esperanza, el mismo que construyó en estos cinco años con las donaciones que recibe. Logró la apertura de la preprimaria, así como el primer y segundo grados de primaria.



Estos niños están asegurando su futuro porque aprenden que valen, y empiezan a descubrir lo que tienen, sobre todo aprenden a soñar”, dice.

        

En poco tiempo, Godoy espera poder construir lo que él denomina La Ciudad de la Esperanza.

Es nuestro gran sueño. Sería una ciudad pequeña en extensión —dos manzanas y media para construcción, y el mismo espacio para siembras—, pero estoy seguro de que existirá mucha energía, la que los niños y jóvenes le inyectan al programa”, expresa.

Su anhelo es poder involucrar en el proyecto del huerto a las madres que aún laboran en el vertedero. Cada una será responsable de un espacio de terreno y los cultivos se traducirán en bienestar para todas.


Fuente: Prensalibre.com del 4 mayo 2008 



DR. CARLOS ARRIOLA


Trabaja en el Dispensario Bethania en Jocotán (Guatemala). Un médico comprometido con  los necesitados.
“En un país con la riqueza que tenemos no debería existir la pobreza”.
“Parece que la política de nuestro país es tener a una población desnutrida”.
Colaboró en una demanda al estado en la campaña “Guatemala sin hambre” como responsable de la malnutrición infantil. El juez determinó violado el derecho de los niños a la alimentación, a un nivel de vida adecuado, a la salud y a la vivienda por parte del estado.

A continuación un artículo del Doctor llamado:
Hambre cero, tierra cero
Como buenos guatemaltecos, que creemos y nos ilusionamos con los cambios, -aunque al final se quede en ilusión sin cambio-, vimos con beneplácito que este gobierno en el corto plazo sacó a la luz pública su iniciativa para reducir la desnutrición crónica, el Programa “Hambre Cero”, con un presupuesto desorbitante calculado por el titular de la Secretaria de Seguridad Alimentaria (SESAN) en dos millardos de quetzales.

Siempre nos enseñaron los profesores de la Universidad San Carlos de Guatemala, “sino proponen no critiquen”, “tenemos que ser ejemplo para el país, un país donde todos tienen la facilidad de destruir pero no de construir”

Pero lastimosamente en nuestra querida Guatemala si no hay compadrazgos políticos la voz de la propuesta se queda en el más grande silencio donde solo es acompañada por el llanto débil de los niños hambrientos prestos a morir.

Con este programa dijo el Presidente del país se reducirá en un 10% la desnutrición crónica, esta sí que es una meta, una súper meta, que sin lugar a dudas no es coherente ni con la realidad del país ni con los recursos disponibles y mucho menos con las estrategias paliativas.

En el informe “Análisis situacional de la malnutrición en Guatemala, sus causas y abordaje" publicado en el 2011, Guatemala PNUD expone Palmieri y Delgado,  que la tendencia a la disminución en desnutrición crónica que se observa en Guatemala, expresada en puntos porcentuales reducidos por año es de 0.5 punto porcentual, desde 1965 al 2008, entonces cabe la pena cuestionarse ¿cómo se logrará la reducción del 10 %?


Se dará suplemento nutricional a las madres y a los niños y niñas en los primeros 1000 días, que claramente son los más críticos y necesarios para el desarrollo de los infantes, pero la realidad y experiencia obtenida por más de 20 años de trabajar en poblaciones de extrema pobreza y de altas tasas de desnutrición, como es Jocotán, indica que una madre con 5 hijos/as no es capaz de dar alimento solo a uno, sea el alimento que sea lo comparte con los demás.

Luego la súper tortilla o harina fortificada, los expertos en su elaboración  no toman en consideración la cultura de los guatemaltecos, que aunque nos critiquen y nos digan mil veces que cultivar maíz es muy caro y que es más fácil comprarlo, no entienden que toda la fase de siembra, cuidado y obtención de cosecha lleva implícita una relación de vida, de alegría y sobre todo de pertenencia que difícilmente puede ser superada por otra harina.

Pero lo que no tocan los expertos es la tierra.  Tal como se ve en la fotografía:

Una tierra árida, con una pendiente extrema, sin agua y con una agricultura dependiente de la lluvia, a una temperatura de 36º centígrados y sin abono, ya que el fertilizante que entregan los alcaldes únicamente es para su grupo de seguidores y súbditos leales que oprimen a sus hermanos campesinos y los manipulan para seguirlos teniendo dominados.

Ante este panorama desolador ¿el programa hambre cero será efectivo? Cómo, si no se toma en cuenta el tema de la tierra. No hay acceso a la tierra y por lo tanto todo lo que conlleva esta carencia, por ejemplo la falta de crédito por no tener certeza jurídica de las propiedades, entonces se dedican a una agricultura de subsistencia.

No se puede hablar de disponibilidad cuando las características de nuestro país son: Priorización de exportación de productos no tradicionales, Utilización de tierras para producción de bienes de agroexportación, Disminución de alimentos para autoconsumo, producir para vender; todo esto tiene relación directa con la tierra y el tipo de tierra.

Si se habla del triángulo de la dignidad, de que dignidad se trata, ¿de las grandes empresas que han bombardeado hasta la más recóndita aldea para vender alimentos frituras, aguas gaseosas y tarjetas telefónicas? ¿provocando que el gasto en los alimentos se diluya por el efecto psicológico de una publicidad desmedida y consumista? Se juega con la ignorancia de la gente, con el mismo fruto de la desnutrición crónica, donde no es por negligencia que las personas no aprenden, es por la misma secuela fisiológica de una población que perdió todo su intelecto y que ahora se vuelve presa fácil de los mercenarios mercantiles que se hacen más ricos a expensas de los más pobres cambiando radicalmente el tipo de consumo y luego culpando a la misma población por no saber elegir bien lo que comen.

Y finalmente, hablar de la utilización biológica de los alimentos, sistemas gastrointestinales que han sido creados con tortilla y café. Que si se brinda leche lo único que genera es diarrea por mala absorción, sin mencionar siquiera los parásitos intestinales que provocan diarrea crónica y se cierra el círculo al no haber sistemas de atención pública para el tratamiento oportuno, sin pensar siquiera en sistemas de prevención como sería la purificación de agua y hacerla apta para el consumo humano, lo cual disminuiría la contaminación y las consecuencias que ésta acarrea.

Por todo lo anterior, no se puede hablar de Hambre Cero, cuando la tierra está también a cero, cuando no se toman medidas estructurales que demuestren por lo menos la intencionalidad de atacar el problema de manera frontal y no abordarlo por las ramas donde sea la misma publicidad la que enmascara la forma de enfrentar un flagelo silencioso que hoy grita la muerte de niños y niñas inocentes, donde su único desmérito fue nacer en este país.
Guatemala, 10 de abril de 2012

Fuente: Mesa GCR


Vídeo-reportaje de la labor de ambos en Guatemala:

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